LA RADIO EN COLOMBIA


Buena parte de la historia del país en el siglo XX se hizo a través de la radio. Desde su aparición en 1929 durante el gobierno de Miguel Abadía Méndez. Primero con la emisora pública HJN, antecesora de Radiodifusora Nacional de Colombia y luego con la emisora HKD, posteriormente denominada la Voz de Barranquilla.

La radio marcó la delantera a los cambios económicos y sociales que se habrían de registrar a partir de la década de los 30.

En aquel entonces, la radio disputaba tímidamente un lugar al lado de la prensa, con las dificultades propias del invento recién llegado para dar a conocer sus ventajas. No obstante en pocos años lo que parecía un medio a penas experimental, gracias a su inmediatez y oportunidad, adquirió fuerza con la transmisión de noticias, espectáculos, radionovelas, encuentros deportivos y programas de humor.
La radio se convirtió rápidamente en un medio masivo por los altos índices de analfabetismo, a diferencia de la prensa, que era un medio de élites. Por la época de 1933 también se inicia la radio educativa o universitaria con la creación de la emisora de la Universidad de Antioquia.
En 1936 mediante la ley 198, el gobierno adquirió en control de las telecomunicaciones.
El espectro electromagnético recibió titularidad pública y el uso fue regulado por el Estado mediante el otorgamiento de licencias de operación.

En un salto las ondas hertzianas se extendieron por todo el territorio nacional en su mayoría rural, como la mejor bienvenida al siglo XX, también como una aproximación antes impensable a los acontecimientos políticos y sociales.

A través de los pocos receptores que había en 1935, se conoció la muerte de Carlos Gardel en el accidente del aeropuerto de Medellín,  en 1940 el gobierno de Eduardo Santos dota al estado de una radio que difundía cultura y educación informal para los colombianos.

En los pueblos y ciudades la gente escuchó en directo el  mensaje de Alberto Lleras el 10 de julio de 1944 para defender la democracia del intento de golpe de estado, al presidente López Pumarejo.

Cuatro años más tarde el 9 de abril de 1948, las emisoras anunciaron el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán y en medio del desorden varias estaciones fueron tomadas por los bandos, conscientes de su poder.

La experiencia del 9 de abril produjo un trauma en las relaciones del gobierno con el sistema radial, por esos las licencias fueron canceladas mientras se buscaban nuevos métodos de control para su adjudicación.  Con el decreto 3418 de 1954 prohibió la participación política del medio, la difusión de comentarios o conferencias de índole político.

A mediados del siglo XX se produce un avance significativo en el desarrollo de la radio, con la constitución de las primeras cadenas radiales, Caracol, RCN y Todelar que consolidan el carácter comercial de esta actividad.

La radio pública también se afirma con la Radiodifusora Nacional de Colombia, que proyecta la visión educativa y cultural del estado alrededor de este medio. Surgen las primeras emisoras  a cargo de universidades y aparece Radio Sutatenza, como un modelo especial de comunicación para el desarrollo.
La emisora HJCK El Mundo en Bogotá, también aparece en esa época con una definida vocación cultural.

Las décadas siguientes ayudan a consolidar el desarrollo empresarial de la radio, la estructuración de sus cadenas comerciales y la innovación tecnológica. En 1991 con la expedición de la nueva Constitución, Colombia fortalece el derecho a la información y expresión, establece la libertad para fundar medios y señala que no habrá censura. En este nuevo contexto jurídico, la radiodifusión, así como todos los medios, se integra a la estructura democrática del país porque trasciende su carácter instrumental y ubica el papel de la libre comunicación de las ideas como fundamento del sistema político.

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