(Pilar Romero Culma)
El 27 de junio de 2017, pasa a ser un día más en la historia de Colombia por lo que representa para las partes y sobre todo para el pueblo colombiano.
El 27 de junio de 2017, pasa a ser un día más en la historia de Colombia por lo que representa para las partes y sobre todo para el pueblo colombiano.
Ya
es oficial el desarme de una de las guerrillas más antiguas del continente, ante los
ojos del mundo, del país, del departamento y de quienes tuvimos el privilegio
de presenciar este acto que finalmente sólo es un formalismo más dentro de este
gran proyecto llamado Paz, proyecto en el que no solo hay dos partes y un
mediador sino miles y millones de corazones ilusionados con un mejor futuro.
Incontables
imágenes han quedado en cada cámara o celular de los asistentes a este acto, la
prensa de todo el mundo presentó a sus espectadores una realidad que sólo
quienes son amigos de la paz pueden apreciar. Todos los idiomas, los colores,
los rostros llenos de alegría tuvieron un punto de encuentro en este Acto
Oficial de Dejación de Armas de las Farc.
El
presidente Santos dijo que las Farc se acabaron este 27 de junio, pero según
como se le interprete las Farc no se han acabado, las Farc se han transformado en un movimiento político social, ahora son un proyecto de lucha distinto al de
los fusiles. Aquí no se ha acabado nada, aquí empieza todo, comienza un trabajo
largo y de mucho sacrificio para lograr ser un país realmente democrático y de
convivencia pacífica.
Con
la dejación de armas, se debe encarar una lucha por las garantías sociales y de
seguridad que se han plasmado en el Acuerdo de Paz que apenas ayer, era un
imposible para muchos y un anhelo para otros.
El
evento como muchos otros estuvo cargado de expectativa, mucha pasarela de
importantes personalidades, historias en cada uno de los testigos presentes;
las atenciones por parte de los excombatientes anfitriones de este simbólico
hecho fueron la evidencia de algo grande, de algo nunca antes visto ni
esperado.
Protocolos
presidenciales, protocolos de prensa, protocolos de seguridad y muchos
protocolos para todo, pero para lo que no hubo protocolo fue para el saludo
entre excombatientes, policía, víctimas, juventud y grupos de personas que
desde todas partes del país y de nuestro departamento del Meta seguían llegando
a la ZVTN Mariana Páez en la vereda Buena Vista del municipio de Mesetas.
Colombia
está viviendo su propia historia, haciéndole una propuesta al mundo en
conflicto y buscando su propio “Buen Vivir”.
Hay
mucho trabajo por delante, pero el 27 de junio de 2017 seguirá siendo histórico
aún después de muchas generaciones. El proceso de Paz con la ExFarc tiene un
camino largo y tortuoso que involucra hasta al más pequeño sector de nuestra
Colombia, porque la Paz no es ni de Juan Manuel Santos ni de Rodrigo Londoño,
la Paz es de Colombia y cada uno de los colombianos que se apropien de ella.
maropirocu
Excelente ����
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