Las
raíces del Conflicto Colombiano, permanecen a través del tiempo en nuestro
territorio pero no importan ya los actores sólo el cómo curar las heridas de este
pueblo sufrido y aguantador.
La
“Fe
en la causa” ha dejado de ser una doctrina militar para ser un proyecto
enfocado a una causa mejor, los colombianos. “Fe en Colombia”, es la apuesta del Ejército Nacional de Colombia
por un país mejor, puede que no muy distinto, pero sí mucho mejor.
Por
desconocimiento, falta de información o simplemente porque el diario vivir de
los colombianos no daba cabida para nada diferente a las cosas malas que
ocurría en el país, por la razón que sea, nunca en la Región de los Llanos
Orientales se escuchó hablar de Fe en
Colombia, talvez porque Colombia ha estado fragmentada, entre los ricos y
los pobres; entre los grupos armados ilegales y los legítimamente legales;
entre el campo y la ciudad; entre el sí y el no.
Ahora
que vivimos un momento histórico y de reconocimiento mundial, afloran aquellas
iniciativas que han buscado ayudar de alguna forma a quienes realmente lo
necesitan. Una de esas iniciativas es el programa Fe en Colombia, con la que el Ejército Nacional pasa de ser Actor a ser Gestor, por supuesto sin dejar de lado su papel principal, sólo que
ahora mucho más con la comunidad.
Fe en Colombia tiene su origen en la región suroccidente
del país, Cauca, Valle y Nariño; han sido más de veinte años trabajando duro
por la gente de estas zonas, ahora que el Posconflicto abre caminos para una
mejor convivencia y oportunidades para quienes tanto las han pedido, Fe en Colombia da las herramientas a las
comunidades más apartadas para garantizar una paz desde y para los territorios,
conectando de manera directa la institucionalidad con las comunidades,
facilitando los accesos a recursos que por tanto tiempo han sido esquivos para
muchos y de dominio de pocos.
El
poder militar de Colombia se ha demostrado en distintas oportunidades, para
bien o para mal, las fuerzas militares han sido arte y parte de la historia de
nuestro país. Hay que reconocer que el Ejército Colombiano bajo el mando de
cada uno de los Presidentes que han estado en la Casa de Nariño ha tenido que
acoplarse a las condiciones y situaciones en las que se le ha requerido; el
valor de cada uno de sus miembros no se ha medido sólo en el campo de batalla
sino también al dejar a sus familias para enfilarse con el firme propósito de
proteger y dar la vida por su país, por aquellos colombianos que los quieren y los
que también los odian.
En
este coyuntural momento, la oportunidad de hacer mucho más que portar un fusil
se materializa a través de Fe en
Colombia, porque es la fe en que sí se puede, en que los cambios llegan de
donde menos se espera; Fe en un
futuro mejor, Fe en esa
institucionalidad que ha perdido espacio en el corazón de cada colombiano.
Fe en Colombia cree en el bienestar de las
comunidades, en la inclusión, la reconciliación y la equidad al ofrecer apoyo y
acompañamiento a poblaciones Afro, Indígenas, Víctimas, Mujeres, comunidades
LGTBIQ, Campesinos y comunidades religiosas.
Hay
que tener fe y creer, no olvidemos el dicho: “La fe es lo último que se pierde” y en este país del sagrado
corazón muchos creemos porque no hemos perdido la fe, una muestra de ello es el
Proceso de Paz con las Farc.
Pero
para no ir muy lejos, la IV División del
Ejército Nacional con sede en Villavicencio ha recibido a líderes de
distintos sectores para mostrar lo que es Fe
en Colombia para comenzar a escribir nuevas historias sobre aquellas que
han dejado cicatriz.
Fe en Colombia es una realidad, está en las redes
sociales, está en la internet, está en nuestra región, está en todo el
territorio colombiano y es la oportunidad para acceder a la oferta estatal y
privada como nunca antes se había podido. Fe en Colombia no maneja dineros pero pone los recursos al alcance de quienes los necesitan mostrando el camino
para acceder a ellos.
Con
Fe en Colombia se da paso a una nueva forma de trabajo entre el Estado y las
comunidades, es el final de un desfile de chalecos a nombre de las entidades
del Estado y de las que no los son que durante tantos años han tenido a las
zonas apartadas de Colombia como pasarela sin que hubiese un control; se
termina también el común denominador en las palabras de los sectores
vulnerados: “aquí vinieron, nos pintaron parajitos y nunca volvieron”.
Fe en Colombia es real, los invito a conocerlo a tener
Fe en Colombia.
(maropirocu)
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