(Pilar Romero Culma)
A nosotros los colombianos, nos falta mucho por aprender. Hasta que no salgamos de la burbuja en la que cada uno se encuentra creyendo que priman nuestros intereses personales antes que los colectivos no iremos para ningún lado.
A nosotros los colombianos, nos falta mucho por aprender. Hasta que no salgamos de la burbuja en la que cada uno se encuentra creyendo que priman nuestros intereses personales antes que los colectivos no iremos para ningún lado.
La implementación del Acuerdo de
Paz, no es un acto que se ordena y se cumple inmediatamente. La simple decisión
de firmar, la creación de unas Zonas Veredales que requerían logística y
presupuesto además de personal no son cosas de un día para otro. Todos los
colombianos queremos vivir pacíficamente pero rapidito, para ya. Un año de
implementación no es nada para lo que falta.
Más de cincuenta años en guerra
nos volvieron ansiosos, desconsiderados y en algunos casos insensibles. Hay que
entender que los actos legislativos y todo en este país demora, las cosas
buenas aún más, las malas no dan espera, las Reformas Tributarias son urgentes,
tumbar las ilusiones de un país mejor es fácil y rápido también, hasta morirse
es rápido.
No es falta de información la
causante de que se hable de incumplimientos y de fracasos, es la falta de
conciencia, la falta de interés, la falta de acciones que ayuden a agilizar los
procesos que ya por ser procesos son engorrosos.
Las cifras de miembros de grupos
desmovilizados, tierras restituidas, víctimas reparadas, armas transformadas en
monumentos, actos legislativos para implementar, proyectos productivos y
hectáreas de coca erradicadas están. Toda la información de lo que el gobierno
colombiano con todas sus instituciones y la comunidad internacional, están
haciendo para hacer posible el Acuerdo de Paz con las Farc está a la mano para
consulta de todo el mundo en los correspondientes informes presentados y
publicados.
Sin embargo, seguimos hablando de
incumplimientos, de lo que esperamos y queremos, pero no conocemos lo que se
plasmó en el papel y qué de eso que está escrito se puede realizar, tampoco cuánto
tiempo puede pasar para que sea real. Como dice la sabiduría popular “el papel
aguanta todo”, los que no aguantamos somos notros los colombianos, los que
aprueban y los que no el Acuerdo hecho con las Farc.
¿Usted quiere vivir en paz? Haga algo
para que la paz suya sea la misma de los demás, que sea para todos. Lea, investigue, pregunte,
aprenda, sobre todo aprenda. No dejemos en manos de los expertos todo el
conocimiento de lo que pasa en nuestro país, tomemos conciencia de que somos el
material sobre el que está construido el país, que somos los auténticos propietarios
de nuestros derechos.
No sea más un espectador,
conviértase en gestor de procesos, en partícipe de los mismos y sobre todo en un
colombiano de sangre tricolor al que le duele su país.
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